Malos hábitos

Me dieron ganas de ponerme auto referente, por ende hablaré de mí; mal que mal esto es un blog personal. Me puse a pensar el otro día en que definitivamente soy una persona de "hábitos" pero de malos hábitos. No es que sea un desastre de ser humano, porque al fin y al cabo sigo viva y en decentes condiciones. El tema surgió al ir cavilando acerca de lo disciplinados y organizados que son algunos seres humanos. Ellos se levantan y se acuestan a una hora determinada, lavan la loza justo después de haber terminado de comer, separan la ropa blanca y la de color en la lavadora, estudian con una semana de anticipación, responden los correos electrónicos el mismo día que los reciben, expulsan la memoria USB en modo seguro, planifican en agendas cada día de sus vidas...  y yo no soy así, para nada. 

Mi vida es una mezcla de poquísimas decisiones bien pensadas, toneladas de improvisación y una fortuna media rara que me ha ayudado a que a veces las situaciones más descabelladas e imposibles resulten bien, lástima que esta suerte se va cuando alardeo, así que quizás esta semana sea un infierno por estar escribiendo esto. Tengo malas costumbres, aunque las sé ocultar bien, así que en general la gente no sospecha y piensa que soy una persona plenamente decente y apropiada. Si se imaginaran el despelote... Mi madre dice que el desorden externo es un reflejo de nuestro estado mental y si fuera por eso, en ocasiones yo estaría seriamente trastornada. Aun así, estimada gente, prometo que estoy trabajando en lo que es el proyecto de mi propia humanidad y creo que desde mi adolescencia hasta ahora hay avances significativos, lo que no resta que siga teniendo una lista de malos hábitos, algunos de los cuales se me ocurrió compartir (redoble de tambores).

1. Noctámbula empedernida. 
Esto es una mezcla de personalidad y malos hábitos perpetuos. Mi máxima actividad cerebral se produce probablemente entre las 11 de la noche y las 2 de la madrugada. Es el lapso de tiempo en el que mejor puedo pensar, estudiar, crear... pero pucha que es incómodo, porque es la causa inevitable de ojeras en forma de pozos para la mañana siguiente, así como de la necesidad extrema de dormir la siesta a las 3 de la tarde. Todos los años digo: "ahora sí que dejo de trasnochar".

2. Banquetes sobre el computador. 
Estoy segura de que en el teclado de mi antiguo computador comienza a gestarse una civilización de microorganismos que surgieron de migas de galletas, de pan, de semillas y otras cosas que comí encima del dichoso aparato. Orgullosamente digo que lo estoy superando; no por motivos de limpieza o higiene, sino más bien por el miedo terrible que me produce la muerte o deterioro de mi nuevo computador.

3. Acumulación excesiva de recipientes contenedores de líquidos y vajilla en general en mi escritorio.
En serio, he llegado a tener 5 tazones, 3 platos, 6 cucharitas, 4 tenedores, 1 copa de vino, incluso ensaladeras. Quizás debería vivir en mi escritorio... quizás también socializar un poco más al momento de comer.

4. Doctorado en procrastinación.
Cuando la gente dice "sólo estudié con 4 días de anticipación", puedo decir que estoy escuchando algo que casi nunca he experimentado. Siempre hay algo mejor que hacer, como por ejemplo, ver un video de un nuevo punto de bordado en youtube, porque quién sabe, algún día me podrían dar ganas de bordar, o quizás mirar nuevamente una temporada completa de Game of Thrones, por el puro placer de satisfacer el espíritu... Si hay examen al día siguiente, salir a correr al parque, cocinar una lasaña para diez personas y limpiar los vidrios de toda mi casa son actividades perfectamente razonables de realizar antes de ponerme a estudiar, ¿cierto? Siempre me ha pasado, desde el colegio, aunque este año he tenido que ir aprendiendo a dejarlo, porque al estar trabajando, el dejar de hacer algo ya no me afecta sólo a mí, sino a las personas involucradas en mi trabajo. Quizás mis días de perder el tiempo que no tengo se vayan reduciendo. POR FAVOR SEÑOR JESUS AYÚDAME A QUE ASÍ SEA, QUIERO SER UN SER HUMANO RESPONSABLE.

5. Amnesia parcial respecto de la necesidad imperativa de hidratarme.
Esto es involuntario: siempre se me olvida tomar agua. Algunos días llego a mi casa con terribles dolores de cabeza que parecen no tener una causa específica y luego hago memoria y claro... no he tomado ni siquiera un vaso de agua en todo el día, y es que les juro que hay días en que no siento sed. Soy un alien.

6. Vestigios de un catolicismo medieval: sentir culpa por sucesos que ocurrieron en la prehistoria.
No sé por qué siempre tiendo a atormentarme por cosas que hice, en general errores que cometí o metidas de pata que en general ya están todas solucionadas u olvidadas. Algo pudo haber sucedido hace 8 años y yo sigo dándole vueltas y preguntándome qué hice mal, qué debí haber dicho, qué habrá pensado o entendido la otra persona, etc, etc. Al final es un hábito totalmente inútil, porque doy vueltas a cosas que me hacen sentirme culpable, pero que miradas fríamente probablemente poca importancia tienen. ¿A alguien más le pasa esto?

7. Complejo de Chuck Norris: "no necesito la ayuda de nadie".
Siempre tiendo a creer que puedo hacer todo sola y que no necesito la ayuda de nadie. En general soy una persona independiente y trato de ser lo más autosuficiente que puedo y me carga molestar a la gente con mis asuntos, lo que a veces me lleva al extremo de creer que puedo hacerlo todo por mi misma. El punto peak de esto fue el año pasado cuando estaba colapsando en una carrera que odiaba, sin hablar con nadie al respecto. Ahí me di cuenta de que en realidad pedir ayuda no significa que otros se harán cargo de nuestros problemas, sino que nos ayudarán a enfocar las cosas desde diferentes perspectivas que nos permiten vislumbrar mejores salidas o soluciones y que la carga se aliviana muchísimo cuando se comparte, incluso si ese compartir sólo se trata de conversar con alguien. Aunque voy aprendiendo acerca de esto, igual mis instintos acaparadores de responsabilidad me juegan malas pasadas.

Creo que es importante expresar nuestros defectos, porque la gente muchas veces se muestra a sí misma sin imperfecciones en las redes sociales en general, como si reconstruyeran su vida con el fin de deslumbrar o complacer, y en verdad puede que en algún momento eso me haya impresionado, pero hace mucho que me ha dejado de parecer interesante. ¿Cuáles son sus malos hábitos?

María Luisa.