La pena vuela



Cuando en Noviembre del año pasado decidí dejar de estudiar Derecho, me sentía rota por dentro. Tan, tan rota, que creí que necesitaría meses y meses para sanar. En la desolación, imaginé una salida que me producía tranquilidad: volver al sur por un año, encontrar serenidad y rodearme de la gente que quiero y me da seguridad para poder restablecer mis emociones. Tan rota me sentía, que no sabía si podía sanar.
Ahora, ya calmada y con la cabeza fría, no me arrepiento de la elección, pero me doy cuenta de que en algo estaba equivocada: no necesitaba tanto tiempo para sanarme, porque, aunque suene innecesariamente esotérico, el espíritu se sana con decisiones, y yo decidí bien. Dicen que el tiempo todo lo cura, pero mejor cura es tomar control de nosotros mismos y dejar de autoinflingirnos dolor. Yo siempre pensé que tenía que sacrificarme por otros, que mi vida estaba inevitablemente condicionada a las circunstancias en que nací y crecí. Hoy entiendo que eso no es verdad y que los clichés se han ganado aquella etiqueta por buenas razones. Somos nuestras decisiones.

2 comentarios

  1. No sabes cuanto sentido me hizo la frase "...el espíritu se sana con decisiones..." creo que eso es muy cierto y ahora entiendo un montón de cosas... y he simplificado otras tantas.

    ResponderEliminar
  2. No sabes cuanto sentido me hizo la frase "...el espíritu se sana con decisiones..." creo que eso es muy cierto y ahora entiendo un montón de cosas... y he simplificado otras tantas.

    ResponderEliminar

¡Anímate a comentar! Todas las opiniones son bienvenidas.

Follow
María Luisa Aburto. Con la tecnología de Blogger.
© Algo que parece un fracaso
Maira Gall